Me es imposible empezar este artículo sin rescatar la pregunta de Neil deGrasse Tyson en Cosmos: Una odisea en el espacio-tiempo (2014), cuando pregunta… ¿Qué dice de la Humanidad que la mayoría de nosotros conozcamos los nombres de asesinos en masa, y sin embargo no hayamos oído hablar de Jan Oort? Pues dice poco, y probablemente no demasiado bueno… ¿Quién fue Jan Oort? Y aun más importante, ¿qué hizo?

Nació en los Países Bajos

Jan Oort, en la universidad de Leiden, el 12 de mayo de 1961. Crédito: Joop van Bilsen

Jan Oort, en la universidad de Leiden, el 12 de mayo de 1961.
Crédito: Joop van Bilsen

Jan Oort nació en Franeker (una pequeña localidad holandesa, en la provincia de Frisia) en abril de 1900, en una familia de clérigos. No en vano, su abuelo paterno (Henricus Oort) fue, al parecer, una de las tres personas que hizo una nueva traducción de la Biblia al neerlandés, y varios de sus tíos, así como su abuela materna eran pastores. «Mi madre mantuvo su interés en ello, al menos durante los primeros años de su matrimonio (…). Pero mi padre no estaba tan interesado en los asuntos de la Iglesia», en palabras del propio astrónomo.

Sea como fuere, los primeros años del astrónomo fueron bastante tranquilos. Tras haber realizado sus estudios primarios en Oegstgeest, y su formación secundaria en Leiden (durante la cual, en palabras del propio astrónomo, parece ser que floreció su interés por la ciencia y la astronomía; un interés que, por cierto, creyó que también fue influenciado por leer la obra de Julio Verne). En 1917, se marchó a la Universidad de Groningen para estudiar física. En 1921, tras su examen final, Oort fue asignado asistente en Groningen. Sin embargo, en 1922, el joven viajó hasta los Estados Unidos para graduarse en la universidad de Yale, y trabajar allí como asistente de Frank Schlesinger en el Observatorio de Yale. 

En 1927, de vuelta en Países Bajos, el astrónomo sueco Bertil Lindblad propuso que la velocidad de rotación de las estrellas en la parte exterior de la galaxia disminuía con la distancia al núcleo galáctico, y ahí comenzó todo…

Los descubrimientos de Oort

La siempre espectacular Nebulosa del Cangrejo. Crédito: NASA, ESA, J. Hester y A. Lol

La siempre espectacular Nebulosa del Cangrejo.
Crédito: NASA, ESA, J. Hester y A. Lol

Jan Oort se dio cuenta de que Lindblad estaba en lo cierto y de que, además, era capaz de demostrar por medio de la observación que su suposición era correcta. Escribió dos fórmulas que describían la rotación galáctica; en ellas aparecen dos constantes, que hoy conocemos como las constantes de Oort. La explicación del holandés era que «del mismo modo que los planetas exteriores parecen ser adelantados por los más cercanos en el sistema solar, lo mismo pasaría con las estrellas si la galaxia rotase de verdad» (en aquel momento todavía no se sabía que la Vía Láctea rotaba).

Usando como base varios movimientos estelares, fue capaz de calcular que el Sol estaba a unos 30.000 años luz del centro de la galaxia, y que tardaba unos 225 millones de años en completar una órbita. No contento con eso, también demostró que las estrellas en las regiones más externas del disco galáctico giraban a menor velocidad que las más cercanas al centro. Por tanto, la galaxia no rota de manera uniforme, si no que hay regiones con velocidades diferentes. Es algo a lo que llamamos «rotación diferencial» (y que en nuestro Sistema Solar, por ejemplo, también sucede en el Sol, Júpiter y Saturno).

La banda anaranjada que recorre el cielo en esta imagen es la Vía Láctea

La banda anaranjada que recorre el cielo en esta imagen es la Vía Láctea

Puede parecer poca cosa, pero este descubrimiento provocó que la visión del que fuera su mentor en la universidad de Groningen, el astrónomo Jacobus Kapteyn, se quedase obsoleta. En el sistema de Kapteyn, la galaxia era simétrica, con el Sol en el centro. En la visión de Oort, sin embargo, la historia era muy diferente, demostró que todas las estrellas en la galaxia viajan de manera independiente, con aquellas que están muy cerca del centro galáctico rotando mucho más rápido que las que están alejadas.

Fue su primer gran descubrimiento, y le catapultó a la fama mundial como astrónomo. En 1939, se interesó en la Nebulosa del Cangrejo y concluyó que es el producto de la explosión de una supernova. Pero la cosa no se quedó ahí….

La radioastronomía

Radiomapa de la galaxia (hecho en 1958) medido con la ayuda de la línea de hidrógeno. Crédito: Oort, Westerhout, Kerr

Radiomapa de la galaxia (hecho en 1958) medido con la ayuda de la línea de hidrógeno.
Crédito: Oort, Westerhout, Kerr

Poco antes del final de la Segunda Guerra Mundial. Oort comenzó, en colaboración con Hendrik van de Hulst (un estudiante de Utrecht), un proyecto que terminaría con un éxito nada despreciable: la medición de la línea hidrógeno (la línea espectral de radiación electromagnética que se crea cuando se produce un cambio en el estado de energía de los átomos de hidrógeno neutrales).

Junto con sus compañeros, el astrónomo holandés realizó la primera investigación de la región central de la galaxia y descubrió que la emisión de la línea de hidrógeno pasaba a través de las nubes de gas sin ser absorbida. Nubes de gas, que, por otro lado, impedían la observación óptica de la galaxia. Gracias a la ayuda de las emisiones de radio, descubrieron que en el centro de nuestra galaxia hay una gigantesca concentración de masa (que más adelante sería identificada como estrellas), y también descubrieron que gran parte del gas en toda esa zona se estaba alejando rápidamente del centro.

El radiotelescopio de Arecibo

El radiotelescopio de Arecibo

Tras el final de la Segunda Guerra Mundial dirigió un grupo que construyó varios radiotelescopios, y utilizó la línea de hidrógeno para crear un mapa de la Vía Láctea, incluyendo su aspecto de espiral, el centro galáctico y el movimiento de las nubes de gas. Su investigación teórica indicaba que hay gigantescas nubes de hidrógeno en los brazos espirales de la Vía Láctea, y además, predijo que estas nubes son el lugar en el que nacen las estrellas. Todo ello, como ya sabrás, resultó ser cierto.

Jan Oort no es, ni mucho menos, el primer astrónomo que utilizó la radio astronomía. Sin embargo, sí es, sin ninguna duda, el primero en darse cuenta de la importancia de este campo de la ciencia. Gracias a las emisiones de radio podemos explorar la galaxia sin los impedimentos de una investigación visual..

El estudio de los cometas

Recreación artística de la Nube de Oort.

Recreación artística de la Nube de Oort.

Pero el genial astrónomo no se quedo ahí. Tras mapear la galaxia se dedicó a estudiar cometas, creando varias hipótesis que (en su momento) fueron revolucionarias. Sugirió que el Sistema Solar está rodeado de una gigantesca nube formada por miles de millones de cometas, muchos de ellos con períodos orbitales muy largos (de decenas de miles de años) y muy lejos de las órbitas de Neptuno y Plutón.

Hoy día, aunque no la hemos podido observar de manera directa, la conocemos como la Nube de Oort. También se dio cuenta de que estos cometas lejanos pueden verse atrapados en órbitas mucho más breves por la influencia de Júpiter, convirtiéndose así en cometas periódicos, como el cometa Halley (que tiene un período orbital de 76 años). 

Nunca dejó de estudiar el universo

Placa conmemorativa en la casa en la que nació Jan Oort, en Franeker, Frisia. Crédito: Usuario "wrongfilter" de Wikipedia.

Placa conmemorativa en la casa en la que nació Jan Oort, en Franeker, Frisia.
Crédito: Usuario «wrongfilter» de Wikipedia.

Incluso después de jubilarse, Jan Oort continuó trabajando en la astronomía. Publicó diversos trabajos sobre las líneas de absorción de los quásares (es decir, la absorción de la radiación observada con un espectroscopio), sobre cómo las nubes interestelares se ven aceleradas por la influencia de estrellas de tipo O, publicó artículos sobre el centro de la galaxia y los supercúmulos… Investigó la Vía Láctea y otras galaxias (así como su distribución en el universo) hasta poco antes de su fallecimiento en 1992. 

Como verás, sus contribuciones son difíciles de ignorar y tienen una importancia vital en la comprensión ya no sólo de la Vía Láctea, si no incluso de nuestro propio Sistema Solar y del funcionamiento de la galaxia… ¿Por qué hemos oído hablar de él menos que de tantos asesinos en masa? Desconozco la respuesta, pero de lo que sí estoy seguro, es de que la historia de Jan Oort, y muchos otros científicos y astrónomos, deja una huella en nosotros mucho más positiva y apasionante que la de aquellos que se dedicaron a exterminar a otros seres humanos…

Referencia: Wikipedia