La sonda japonesa Hayabusa2 ha entrado en la órbita del asteroide Ryugu. Permanecerá 18 meses junto a este asteroide con forma de diamante. Por delante tiene varios objetivos muy interesantes, que nos llevarán hasta 2020…

La visita de Hayabusa2

Hayabusa2 entra en la órbita del asteroide Ryugu

Concepto artístico de la sonda Hayabusa2.
Crédito: Go Miyazaki

La sonda Hayabusa2 fue lanzada por la Agencia Aeroespacial Japonesa (JAXA) en 2014. Su objetivo es Ryugu, un asteroide cercano a la Tierra con un diámetro aproximado de un kilómetro. Gracias a las primeras observaciones de Hayabusa2, sabemos que su rotación es retrógrada (en sentido opuesto a la del Sol). Tarda 16 meses en completar su órbita alrededor de nuestra estrella, y está ligeramente inclinada respecto al plano del Sistema Solar.

Por su órbita, Ryugu es un objeto potencialmente peligroso. Puede acercarse a solo 95 400 kilómetros de nuestro planeta. Eso no quiere decir, sin embargo, que haya previsión alguna de que en el futuro cercano pueda chocar con la Tierra. En cualquier caso, Hayabusa2 va a investigar el asteroide a fondo. Junto a la sonda van un pequeño aterrizador y tres rovers que explorarán su superficie en detalle.

Además, detonará una carga explosiva para crear un cráter en el asteroide. De esa manera, podrá analizar el material por debajo de la superficie del asteroide. Después de haber completado todo eso, la misión de Hayabusa2 concluirá y comenzará el camino de regreso a nuestro planeta. Se calcula que llegará hacia finales de 2020 y, junto a la nave, vendrán las muestras del asteroide, para poder continuar su análisis.

Hayabusa2 ya está en órbita

El asteroide Ryugu observado por la sonda Hayabusa2.
Crédito: JAXA

La sonda Hayabusa2 entró en la órbita de Ryugu el 27 de junio de 2018. Se encuentra a solo 20 kilómetros de distancia. Los primeros objetivos de los investigadores son analizar el entorno y observar el propio asteroide. Después tendrán que decidir, también, cómo proceder con la misión. Es decir, tendrán que elegir los lugares en los que se desplegará el aterrizador y los rovers que componen el resto de la misión.

Ryugu rota sobre sí mismo como una peonza. Completa una vuelta en solo 7,5 horas. En el asteroide se pueden observar cráteres y diferentes características de su superficie, que varían a lo largo del asteroide. Algo que ha sorprendido a los investigadores, según comentan. Y que, al parecer, también supondrá un desafío para la misión. Esperemos que, en cualquier, caso, no suponga un problema para aterrizar.

A fin de cuentas, Ryugu no es un asteroide único. Hay otros de su misma clase en órbitas cercana a la de la Tierra. Así que es una oportunidad magnífica para comprender mejor cómo son algunos de los asteroides cercanos al planeta. Objetos que, en algún momento futuro, podrían convertirse en una amenaza en caso de colisión. Conocer detalles como su composición servirá para conocer mejor nuestro entorno más inmediato.

El problema de la gravedad

Órbita de Ryugu comparada con la de la Tierra.
Crédito: Wikimedia Commons/Tom Ruen

El aterrizador de Hayabusa2 fue construido por el centro aeroespacial de Alemania. El objetivo es que sea desplegado en octubre de 2018. Tras posarse, se moverá por el asteroide, cubriendo distancias de hasta 70 metros, para estudiar diferentes partes del asteroide. Eso sí, no esperemos que la misión del aterrizador, llamado MASCOT, vaya a ser muy larga. Se calcula que no superará las 16 horas de operación.

En cualquier caso, la misión de Hayabusa2 va a ser delicada. Por la forma y rotación de Ryugu, su gravedad, en parte de su superficie, no siempre apunta hacia el centro. Así que los investigadores necesitan comprender bien cuáles son las propiedades del asteroide. Eso permitirá minimizar riesgos a la hora de desplegar el aterrizador o los rovers. Algo que ayudará a minimizar riesgos para que la misión llegue a buen puerto.

La primera misión de Hayabusa trajo muestras de polvo, en 2010, del asteroide Itokawa. Hayabusa2 va a profundizar más en Ryugu que lo que se hizo en esa primera misión. Esas muestras serán muy valiosas para poder estudiar el asteroide. Algo que también nos ayudará a entender su origen y su formación. Habrá que permanecer atentos, hasta finales de 2020, para ver si todo sale tal y como tiene previsto la Agencia Espacial Japonesa.

Referencias: Space