El pasado 28 de septiembre, Elon Musk presentó Starship MK1, el prototipo orbital de la nave Starship. Además, aprovechó la ocasión para explicar cuáles son los pasos a seguir por parte de SpaceX en el futuro, así como cuándo veremos en acción la nueva joya de la corona. La espera va a ser más corta de lo que podríamos esperar…

Starship MK1 es un paso más en la larga carrera de SpaceX

En la presentación, Elon Musk aprovechó para repasar la trayectoria de SpaceX. En 2008, hace 11 años, tuvo lugar el primer vuelo exitoso de su cohete Falcon 1, después de tres intentos que habían fracasado. Aquel triunfo permitió que la compañía, fundada en 2002, comenzase el camino que la ha llevado a ser uno de los referentes en la industria aeroespacial en la actualidad. De hecho, junto al prototipo Starship MK1 también había un cohete Falcon 1 con un doble propósito: recordar el camino de la compañía y la diferencia entre ambos modelos.

Starship MK1 ensamblado en las instalaciones de SpaceX en Texas
Starship MK1 ensamblado en las instalaciones de SpaceX en Texas. Crédito: SpaceX

No faltó nada de lo que cabría esperar en este tipo de presentaciones. Elon Musk repasó las dificultades de su compañía a lo largo de los años. Desde descubrir que recuperar la primera fase de un cohete es mucho más complicado de lo que podría parecer, hasta las primeras pruebas de los prototipos de Starship, el siguiente gran cohete de la compañía. A grandes rasgos, en realidad, Starship MK1 lleva a SpaceX a los primeros pasos que dieron con el cohete Falcon 9. Podrán ver cómo se comporta y descubrir si son capaces de recuperar su primera fase.

La primera prueba podría tener lugar antes de que termine 2019. El objetivo es que la nave alcance una altura de unos 20 kilómetros y, posteriormente, aterrice de nuevo. La nave Starship MK1 utiliza tres motores Raptor, que serán los responsables de que todo vaya bien. Paralelamente, también se está ensamblando el prototipo Starship Mk.2, en las instalaciones de SpaceX en Cabo Cañaveral. Si todo va bien, los primeros vuelos orbitales podrían ser una realidad en apenas seis meses. Los primeros vuelos tripulados, también, en 2020.

Starship MK1 es un prototipo enorme

A lo largo del tiempo, el diseño de Starship MK1 se ha visto modificado. Mide, aproximadamente, 50 metros. Tiene dos aletas móviles, en las secciones delantera y trasera. En esta última parte, también, se incluyen cuatro aletas fijas más pequeñas. También se enseñó cómo volverá la sección del motor a la superficie. De una forma muy similar a lo que hemos observado con Falcon 9 y Falcon Heavy. Las aletas móviles son muy importantes en este aspecto, al permitir que la nave se reoriente y, también, crear resistencia aerodinámica para reducir su velocidad.

En los últimos instantes, antes de tocar tierra, los motores se encargarán de que el aterrizaje sea lo más suave posible. Según el nuevo diseño, la nave pesará 120 toneladas, llegando a 150 completamente cargada. Utilizará seis motores Raptor, tres preparados para trabajar a nivel del mar, y otros tres preparados para trabajar en el vacío del espacio. Los propios motores también se pueden reorientar, permitiendo que la nave pueda moverse de forma lateral. Aunque, seguramente, el cambio más llamativo es el paso al acero inoxidable 301.

Es parte de los cambios en el diseño del casco, que aumenta la resistencia al calor, es más resistente en el espacio y, además, más ligero y barato que la fibra de carbono (con la que se había comenzado a trabajar al principio) o que un compuesto de aluminio y litio, en su conjunto final. Además, es fácil de ensamblar, como se ha podido ver, a lo largo de este tiempo, de mano del propio Elon Musk. Los ingenieros de SpaceX han sido capaces de ensamblarlo sin necesidad de tener una fábrica. Y eso es un punto a favor para Starship cuando ya esté funcionando a pleno rendimiento.

Una nave con muchos propósitos

Porque, una vez en el destino, será posible desmontar la nave y modificar su material según sea necesario. Todo ese acero inoxidable podría utilizarse para servir otros propósitos. A esto hay que sumarle el nuevo diseño del cohete Super Heavy. Tendrá una altura de 68 metros y un diámetro de 9. Estará equipado con 37 motores Raptor y una capacidad de 3300 toneladas de combustible, formado por metano y oxígeno líquido. También contará con cuatro aletas en la parte superior y 6 en la inferior, que actuarán como patas para sostener el módulo.

Elon Musk presenta el prototipo orbital Starship MK1
Concepto artístico de la nave Starship en una base lunar. Crédito: SpaceX

Esto quiere decir que, una vez ensamblado junto a Starship, toda la nave tendrá una altura de 118 metros. Se espera que la nave, en su conjunto, sea capaz de repostar en órbita, tras engancharse a un puesto orbital, conectando las secciones traseras de ambos. Algo que ya se puede ver en el vídeo incluido, en el que el tanque de combustible tiene el mismo aspecto de Starship. La capacidad de repostar en órbita será muy importante en ese objetivo a largo plazo de Elon Musk de tener una presencia humana en la Luna y en Marte.

También permitirá que se puedan llevar a cabo misiones a lugares más remotos del Sistema Solar, como Júpiter o Saturno. Pero la realidad es que, como ya viene siendo habitual en Elon Musk, las fechas establecidas para los siguientes pasos de SpaceX parecen muy optimistas. Si finalmente se cumplen, en solo un año habrá misiones tripuladas con Starship. Por un lado, cuesta creer que se pueda avanzar tan rápido. Por otro, no sería la primera vez que sucede. No solo eso, si queremos que viajar al espacio sea más sencillo, tiene que suceder…

En busca de perpetuar la Humanidad como civilización

En el fondo de todo esto hay una cuestión que no es ni mucho menos trivial. Algo de lo que Elon Musk ha hablado en múltiples ocasiones. Quiere que el ser humano se convierta en una especie interplanetaria. Como explicaba en la presentación, hasta donde sabemos, la nuestra es la única especie consciente en toda la galaxia. El tiempo del que disponemos, para expandirnos más allá de la Tierra y aumentar la presencia de nuestra civilización, es limitado. Si tardamos demasiado, podría ser demasiado tarde para conseguirlo.

Concepto artístico de varias naves Starship alrededor de un asentamiento en Marte. Crédito: SpaceX

Su razonamiento no es descabellado. A fin de cuentas, como dice, han hecho falta 4500 millones de años para que llegásemos al punto de poder pensar en la posibilidad de expandirnos al espacio y colonizar otros planetas. En el futuro, el Sol seguirá aumentando de tamaño, brillo y temperatura. Llegará un momento en que ese proceso hará que la vida en la Tierra sea imposible. Tenemos unos pocos cientos de millones de años, si algo no nos extingue antes, para llevar la consciencia del ser humano, y la civilización, a otros lugares del Sistema Solar.

Lo decía, literalmente, con estas palabras: «Parece que la consciencia es algo muy raro y valioso, y deberíamos tomar las medidas que podamos para preservar la luz de la consciencia. La ventana se ha abierto ahora, después de 4500 millones de años. Es mucho tiempo de espera y quizá no siga abierta mucho tiempo. Tenemos que convertirnos en una civilización interplanetaria mientras esa ventana esté abierta. Creo que tenemos que hacer todo lo que podamos para conseguir y llevar la consciencia más allá de la Tierra. Y debemos hacerlo ahora». Esperemos que sea así…

Referencias: Universe Today