El gobierno de Estados Unidos está planteando que el regreso de NASA, con una misión tripulada, a la Luna, debería retrasarse hasta 2028. Se produciría, además, dentro de un marco diferente, con la vista puesta en el viaje, tarde o temprano, a Marte…

La NASA debería enfocar su regreso a la Luna pensando en Marte

Es importante decir que, por ahora, solo se trata de una proyecto de ley y, por tanto, no tiene por qué terminar convirtiéndose en ley. Si fuese así, el objetivo que debería tener la NASA es que su primera misión tripulada a la superficie de la Luna, desde 1972, tenga lugar en 2028. Se pospondría así el regreso de astronautas a la Luna en cuatro años, respecto a la fecha prevista originalmente, en 2024. El objetivo, además, sería conseguir avanzar en esa ansiada exploración de Marte en la década de 2030.

El regreso de NASA a la Luna podría retrasarse a 2028
Concepto artístico del cohete SLS, de la NASA. Crédito: NASA

También contempla que el aterrizador lunar se construya en una sola pieza. En estos momentos, el programa Artemisa contempla que esté formado por varias piezas diferentes. Lo más destacable de esta propuesta es que la agencia norteamericana contaría con cuatro años más para seguir desarrollando su programa. Además, se encuadraría dentro de un proyecto más ambicioso; en el que se contempla la Luna como un paso intermedio en el camino hacia Marte. También afectaría a las estaciones espaciales.

Por un lado, el proyecto de ley contempla alargar el funcionamiento de la Estación Espacial Internacional desde 2024 a 2028. Así como construir la futura Plataforma Orbital Lunar en alguna otra ubicación dentro del espacio Tierra-Luna. No tendría que ser, necesariamente, en una órbita alrededor de la Luna, como se había planteado hasta ahora. La estación podría ubicarse, por ejemplo, en algún punto de Lagrange. Debería ser un lugar de ensayos y pruebas para las futuras misiones tripuladas al planeta rojo.

Un nuevo programa y una mejor comprensión de los riesgos

En este mismo marco, se plantea la creación de un nuevo programa, dentro de la NASA, dedicado a comprender mejor los requisitos para un vuelo tripulado a Marte. Tanto a su superficie como en su órbita. Investigaría, por ejemplo, aspectos como protección frente a la radiación, el diseño de la nave que viajaría a Marte, un vehículo de transporte y los posibles métodos de propulsión (mediante, por mencionar una posibilidad, energía nuclear). El proyecto de ley contempla varios plazos que resultan muy llamativos.

Concepto artístico de una base lunar. Crédito: NASA

Por ejemplo, una vez se convirtiese en ley, los primeros diseños de ese vehículo deberían presentarse en un máximo de 180 días. El plan de las misiones a Marte en 120 días. La estimación del coste del programa para explorar la Luna y Marte debería estar listo 270 días después. Además, el director de la NASA, Jim Bridenstine, tendría que presentar, a los 60 días, una lista con las investigaciones necesarias para reducir los peligros para los seres humanos que viajen a ambos lugares. El lanzamiento podría ser en 2033 o 2035.

Tras la llegada en 2028, de la primera misión tripulada, se plantea que deberían producirse dos misiones tripuladas, a la superficie de la Luna, cada año. También se debería trabajar en los planes para retirar de su órbita a la Estación Espacial Internacional cuando llegue al final de su vida. Actualizar los trajes de los astronautas en la estación y, también, analizar la posibilidad y viabilidad de posibles estaciones espaciales comerciales. Quizá como consecuencia del crecimiento del acceso a la órbita baja de la Tierra por varias empresas.

El proyecto de ley contempla otros aspectos

Pero además de retrasar el regreso de la NASA a la superficie de la Luna en cuatro años, el proyecto de ley también cubre otros campos. Desde seguir adelante con la misión Europa Clipper, a plantear una misión para traer material de Marte para su estudio en nuestro planeta, pasando por pruebas para repostar en el espacio. También se contempla la comercialización de algunas misiones, la búsqueda de señales de posibles civilizaciones extraterrestres. Solo por mencionar algunas de las propuestas que plantea.

Concepto artístico de Europa Clipper sobrevolando Europa. Crédito: NASA/JPL-Caltech

Incluso algunos proyectos, que han estado en riesgo de ser cancelados, seguirían adelante. Es el caso del telescopio WFIRST (Wide First Infrared Survey Telescope) o de SOFIA (Stratospheric Observatory For Infrared Astronomy), el popular observatorio instalado en un avión. Todo esto vendría acompañado de un aumento del presupuesto en un 5% ya para 2020, pasando de 21 500 millones de dólares a 22 600 millones. Pero hay que recordar que no es más que una propuesta, que podría no llegar a materializarse.

Sea como fuere, esta maniobra es muy interesante porque permite que la NASA pueda plantear su regreso a la Luna con más calma. Desde que se anunciase, el objetivo de 2024 parecía extremadamente ambicioso. Desde la propia agencia se ha expresado que el calendario es muy ajustado. Por otro lado, no es menos cierto que estamos, de nuevo, en el enésimo cambios de planes al que se enfrenta la NASA en tiempos recientes. Algo que parece ser cada vez más habitual y que no deja de suponer un desajuste…

Referencias: Space