Quizá recuerdes una noticia de hace unos meses, en la que se decía, básicamente, que parecía que la NASA había construido algo similar a un «motor warp» de manera totalmente accidental. Medio año después, el proyecto sigue vivo, y las incógnitas también, porque el motor sigue funcionando, a pesar de que no debería…

No nos permitirá viajar en el tiempo

Ilustración de una nave espacial. Crédito: “Dreamscape IV,” by jamajurabaev, via Deviantart

Ilustración de una nave espacial.
Crédito: “Dreamscape IV,” by jamajurabaev, via Deviantart

Conviene refrescar conceptos. En ciencia ficción, un motor warp nos permitiría, básicamente, viajar más rápido que la luz, y por tanto, viajar en el tiempo. El cómo funciona cada motor ya depende de qué obra de ficción estemos leyendo. Así que dejemos esto claro antes de avanzar, lo que tiene la NASA entre las manos no es un motor warp, y no es de lo que estamos hablando a día de hoy (en realidad tampoco cuando hablamos de esta noticia por primera vez), si no algo que llamamos motor electromagnético.

Un motor electromagnético es una forma de propulsión hipotética que no utiliza combustible. Utiliza un magnetrón, una cámara de vacío de alta energía en el que las interacciones entre el campo magnético y los electrones genera microondas. El magnetrón envía esas microondas a un tronco de cono, golpeando el extremo más pequeño y, según los defensores de esta tecnología, generando impulso. Es un planteamiento muy controvertido porque viola las leyes de conservación del momento de Newton. El motor electromagnético no aplica ninguna fuerza conocida en el extremo más pequeño del cono, así que no debería generar movimiento.

Sigue en estudio

Prototipo del motor electromagnético de la NASA. Crédito: NASA/Eagleworks, via NASA Spaceflight Forum

Prototipo del motor electromagnético de la NASA.
Crédito: NASA/Eagleworks, via NASA Spaceflight Forum

Uno de los ingenieros de la NASA que esta trabajando en el proyecto, en el Laboratorio Eagleworks, del Centro Espacial Johnson (en Texas) ha hablado públicamente sobre el estado del proyecto en el foro de vuelo espacial de la NASA. Paul March, uno de los principales investigadores del motor electromagnético ha escrito una respuesta a un estudio no publicado, y es la primera novedad que tenemos en meses.

El estudio en cuestión asegura que esos impulsos son generados por la fuerza de Lorentz (que es lo que provoca las interacciones entre el campo magnético y los electrones que explicaba anteriormente) entre el motor electromagnético y el campo magnético de la Tierra. Paul March ha desmentido que esto sea cierto, explicando que habían construido un amortiguador magnético para reducir la cantidad de campos magnéticos ajenos en la cámara de vacío, reduciendo así, también las posibles interacciones sobre los electrones por culpa de esos campos magnéticos. Y a pesar de todo… el motor sigue generando impulso.

El investigador también explica que en estas últimas pruebas han tenido en cuenta la expansión térmica del motor para minimizar las posibles fuentes de errores y aun así siguen observando ese impulso anómalo. Todo parece indicar que debe haber algo, todavía sin explicación (o que simplemente todavía no haya sido identificado, aunque sí sea un fenómeno conocido), que hace que el motor «funcione».

Queda mucho por delante

voyager1

Si el motor funcionase, podríamos alcanzar a la sonda Voyager 1, el objeto humano que más lejos ha viajado de nuestro planeta, en sólo unos meses.

Cuando las pruebas hayan concluido en el Laboratorio Eagleworks, serán sometidas a verificación y comprobación independientes en el Centro de Investigación Glenn (en el Laboratorio de Físicas Aplicadas de la Universidad Johns Hopkins, en el Laboratorio de Propulsión de Chorro). De momento, no ha habido manera de conseguir demostrar que ese impulso es producto de algún error en las mediciones o que hay algún factor externo que lo produce.

En cualquier caso, el impulso que generaría el motor es muy pequeño, del orden de un micronewton (el peso de un mosquito). Es posible que algún fenómeno que no haya sido tenido en cuenta parezca imitar esos impulsos. Es una fuerza muy pequeña, que quizá no parezca demasiado útil para el viaje en el espacio, pero lo sería si se construyese uno más grande en una nave espacial. Con un motor así, podríamos acelerar una nave a velocidades cercanas a la de la luz con muy poco esfuerzo, usando una aceleración pequeña (por debajo de 1g) pero constante.

Si algún día este motor electromagnético se convierte en realidad, podría permitirnos llegar al borde del Sistema Solar en meses, en lugar de las décadas que necesitamos con nuestra tecnología actual…

Referencia: IFLScience