Parece el cuento de nunca acabar. El lanzamiento del telescopio James Webb, previsto para marzo de 2021, podría retrasarse. Aunque no está claro que sucediese, lo cierto es que esta vez no habría que esperar mucho. La siguiente fecha sería solo unos meses después…

Un informe justifica por qué el lanzamiento del telescopio James Webb podría retrasarse

Un informe de la Oficina de Responsabilidad del Gobierno ha provocado que las alarmas hayan vuelto a saltar en torno al popular, y esperado, telescopio James Webb. Tras múltiples retrasos, parecía que por fin se había alcanzado una fecha definitiva. En marzo de 2021, el próximo gran observatorio de la NASA debería poner rumbo a la órbita baja de la Tierra. Sin embargo, el informe determina que la probabilidad de que se llegue a tiempo, para realizar el lanzamiento en esa fecha, es de solo un 12%.

El lanzamiento del James Webb podría retrasarse
Vista lateral del telescopio James Webb. Crédito: NASA/Chris Gunn

Es solo un ladrillo más en un muro de obstáculos de lo más llamativo. El telescopio ya acumula seis años de retraso y la friolera de 9700 millones de dólares invertidos en el proyecto. Para ponerlo en perspectiva, vale la pena recordar las proyecciones originales. Se esperaba que costase entre 1000 y 3500 millones de dólares. Su lanzamiento debería haberse producido, según aquel primer diseño, en algún momento entre 2007 y 2011. Pero los problemas de presupuesto, y planificación, lo han retrasado constantemente.

Si finalmente se retrasase, las buenas noticias es que sería poco tiempo. La siguiente ventana de lanzamiento se produciría en julio de 2021. Para ella, de hecho, la probabilidad de lanzarlo es superior al 70%. Por lo que puede que el retraso, en esta ocasión, sea mucho menor. El informe ha sido revisado por el propio personal de la NASA, antes de su publicación. Aunque resulta llamativo porque, hace no mucho, el propio director de la NASA, Jim Bridenstine, aseguraba que todo estaba avanzando en orden.

¿Por qué una expectativa tan baja?

Según se explica en el informe, una de las grandes preocupaciones es la planificación del proyecto. Específicamente, la cantidad de tiempo reservada a posibles retrasos. Dos incidentes, en marzo y abril de 2019, relacionados con el sistema de comunicaciones, hicieron que una parte importante de ese tiempo, reservado a imprevistos, ya se consumiese en ese momento. Por lo que, para lo que resta hasta marzo de 2021, hay poco tiempo más previsto en caso de que surjan nuevos imprevistos.

Maqueta del telescopio James Webb y el equipo que ha participado en su construcción. Crédito: NASA

De hecho, en estos momentos, el telescopio espacial James Webb está por debajo del nivel de tiempo reservado que, habitualmente, requiere la NASA en sus proyectos, que es de un 70%. De ahí que, ya en octubre del año pasado, se concluyese que existe un 12% de confianza de que se cumpla el lanzamiento en marzo 2021. Sin se retrasase, el lanzamiento tendría lugar en julio de 2021. No sería un gran varapalo, en comparación a otros retrasos que hemos visto en el pasado, pero sería una pequeña decepción.

La agencia no está contemplando retrasar el lanzamiento. Aunque sí han explicado que planean analizar de nuevo si la fecha es apropiada en primavera de 2020. Después de que se hayan completado algunas tareas importantes. Veremos qué se determina en ese momento. Todo parece estar en orden en estos momentos, si nos ceñimos a lo que comunica la agencia espacial. El informe, sin embargo, también habla de 50 posibles amenazas para el proyecto. Tres de ellas no habrían aparecido hasta ahora..

La NASA está intentando que todo siga según lo previsto

La agencia cree que la mitad de esos posibles impedimentos ya están solucionados o, como mínimo, bajo control. A pesar de ello, en el informe no se incluye ninguna recomendación para la NASA. Además, destaca que están trabajando con el conglomerado de empresas Northrop Grumman, de la industria aeroespacial, para cumplir los plazos previstos. Sea como fuere, el telescopio James Webb está entre lo más esperado de los próximos años. Habrá que ver si finalmente se retrasa a julio de 2021.

Concepto artístico del telescopio espacial James Webb. Crédito: NASA

Pero incluso si fuese así, parece que lo que sí está claro es que no veremos ya retrasos extremadamente largos. La entrada en funcionamiento del telescopio permitirá que este largo camino, lleno de contratiempos y dificultades, caiga en el olvido. Por delante, James Webb tendrá una larga lista de tareas y objetivos que cumplir. Las expectativas son muy altas. Podrá analizar la atmósfera de algunos exoplanetas rocosos. Será capaz de mirar más allá de lo que ningún telescopio ha logrado hasta ahora, hacia la infancia del cosmos.

Son solo dos ejemplos de todo lo que se espera. Las expectativas son muy altas. Además, parece disfrutar de un nivel de popularidad comparable al del telescopio Hubble, a pesar de que todavía no ha producido resultados medibles. Algo que también ayudará a poner de relieve, a nivel general, los hallazgos que se vayan produciendo gracias a su puesta en funcionamiento. En esta ocasión, el lanzamiento del James Webb podría retrasarse, pero esperemos que no sea necesario. La espera está siendo muy larga…

Referencias: Space