En este artículo no voy a hablar de dónde proceden los nombres de los planetas (ya lo hice en su momento, en este otro), si no de una pregunta que suele repetirse con cierta frecuencia y que, dicho sea de paso, es de lo más lógica. ¿De dónde salen esos nombres tan enrevesados que le damos a muchas estrellas, planetas y asteroides?

Demasiados objetos a los que dar nombre

Marte, fotografiado por el telescopio Hubble en 2003. Crédito: NASA, ESA, and The Hubble Heritage Team (STScI/AURA)

Marte, fotografiado por el telescopio Hubble en 2003.
Crédito: NASA, ESA, and The Hubble Heritage Team (STScI/AURA)

En la actualidad tenemos catálogos de millones de estrellas, conocemos más de tres mil exoplanetas (y los que quedan) y, incluso en nuestro propio Sistema Solar, seguimos encontrando nuevos asteroides y cometas en los lugares más alejados (hasta estamos buscando un noveno planeta). Por eso no resulta sorprendente que en la mayor parte de los casos nos encontremos con nombres ininteligibles y difíciles de recordar.

Por ejemplo, una estrella de la que últimamente estamos hablando mucho es KIC 8462852. Algunos medios ya la llaman la estrella de Tabby en honor a Tabetha Boyejian, la investigadora que detectó su extraño comportamiento. El anuncio del descubrimiento de un planeta rocoso en la zona habitable de Próxima Centauri (la estrella más cercana al Sol) y que recibe el nombre de… Próxima b.

La historia de la nomenclatura de las estrellas

Cómo encontrar a Betelgeuse en el cielo nocturno

Cómo encontrar a Betelgeuse en el cielo nocturno

A lo largo de la historia hemos tenido diferentes sistemas para denominar a las estrellas. Por ejemplo, las estrellas más brillantes en el firmamento son las que tienen, también, los nombres más antiguos. De ahí que las conozcamos por nombres como Betelgeuse, Sirio, Deneb, Algol…  que les fueron otorgados allá por el siglo diez, cuando comenzaba a florecer la astronomía árabe, y de cuya historia en España hablé aquí.

Después vino el sistema Bayer (propuesto por Johann Bayer, un astrónomo y abogado alemán, en 1603), que funcionaba así: cogemos el nombre de la constelación y comenzamos a asignar nombres a las estrellas siguiendo el alfabeto griego en orden de brillo descendente. La estrella más brillante de la constelación de Centauro es Alfa Centauri, la segunda más brillante es Beta Centauri, y así sucesivamente…

Aunque no se aplicó a rajatabla. Por ejemplo, las estrellas de la Osa Mayor recibieron su nombre por su posición, en lugar de por su brillo. Por eso, Delta Ursae Majoris es mucho más tenue que Epsilon, Zeta o Eta Ursae Majoris.

El Sol comparado con VY Canis Majoris

El Sol comparado con VY Canis Majoris, una de las mayores estrellas conocidas.

Después llegó el sistema Flamsteed. Era inevitable porque, tarde o temprano, agostas las letras del alfabeto griego (tiene 24). Además, en los límites del brillo que podemos percibir a simple vista, es muy complicado distinguir estrellas por su brillo relativo. Un astrónomo británico, John Flamsteed, optó por ignorar el sistema de Bayer y propuso, en su lugar, que las estrellas fuesen numeradas de oeste a este, en lugar de por su brillo, porque es difícil distinguir el brillo relativo de estrellas tenues. La estrella más al oeste en Centauro sería 1 Centauri, la siguiente sería 2 Centauri, y así sucesivamente.

La comunidad astronómica también utiliza este sistema, pero reteniendo los nombres con letras griegas utilizado por Bayer. Por eso, podemos referirnos a una misma estrella con tres nombres diferentes: Deneb (su nombre árabe), Alfa Cygni (su nombre en el sistema propuesto por Bayer) o 50 Cygni (por el nombre otorgado en el sistema de Flamsteed). Funcionaba todo bastante bien… hasta que llegaron los telescopios.

El telescopio nos permite observar estrellas que son demasiado tenues para ser vistas a simple vista. El sistema de Flamsteed ya no era suficiente. De hecho, ningún sistema era apropiado para dar nombres a tantos astros nuevos. Así que la comunidad astronómica comenzó a crear catálogos en los que cada astrónomo nombraba las estrellas recién descubiertas por su propio sistema de nomenclatura.

Así que tenemos el catálogo de Bonner Durchmusterung (BD), en el que las estrellas están catalogadas por su declinación (la cantidad de grados que les separa del ecuador celeste), o el catálogo Henry Draper (HD) en el que las estrellas estaban numeradas en orden de descubrimiento, de tal modo que tenemos cosas como la estrella HD 95735 (que a su vez es la misma estrella que la número 21185 en el catálogo Lalande).

Los catálogos actuales

KIC 8462852 fotografiada desde Puerto Rico. Crédito: Efraín Morales Rivera

KIC 8462852 fotografiada desde Puerto Rico.
Crédito: Efraín Morales Rivera

Ahora, tenemos varios catálogos, pero el razonamiento viene a ser más o menos el mismo. Por ejemplo, KIC 8462852 es una estrella del catálogo Kepler Input Catalog, que contiene unos 13 millones de objetos. También tenemos el catálogo Guide Star Catalog con unos 20 millones de objetos, que fue creado para ayudar al venerable y popular telescopio Hubble al apuntar a estrellas fuera de su eje.

Sus nombres son bastante crípticos, por ejemplo tenemos la estrella GSC 01718-02350 (el primer grupo de números hace referencia al código correspondiente a una región particular del cielo visto por el telescopio). Pero claro, estos nombres no son excluyentes. Esa misma estrella, también recibe todas estas designaciones pertenecientes a otros catálogos HR 8799, V342 Pegasi, BD+20 5278, FK5 3850, GC 32209, HD 218396, HIP 114189, PPM 115157, SAO 91022 y TYC 1718-2350-1…

Hay muchos más catálogos. 2MASS, llamado así por el nombre de su proyecto, fue, probablemente, el más ambicioso de los llevados a cabo. Incluye más de 300 millones de objetos y con nombres muy crípticos, como por ejemplo: 2MASS J04414489+2301513 (perteneciente a una enana marrón).

A esto hay que sumarle que algunas estrellas están compuestas por varias, aunque la percibamos sólo como una. Por ejemplo, Alfa Centauri es, en realidad, un sistema triple formado por Alfa Centauri A, Alfa Centauri B y Próxima Centauri (ésta última gira en torno a las otras dos a 0,1 años-luz de distancia).

Los nombres de los exoplanetas

Recreación de un atardecer en el exoplaneta Gliese 667Cc. La estrella más cercana es la enana roja Gliese 667 C, en la derecha aparecen Gliese 667 A y Gliese 667 B, las tres forman parte de un sistema solar triple.

Recreación de un atardecer en el exoplaneta Gliese 667Cc. La estrella más cercana es la enana roja Gliese 667 C, en la derecha aparecen Gliese 667 A y Gliese 667 B, las tres forman parte de un sistema solar triple.

¿Qué pasa con los planetas que descubrimos más allá del Sistema Solar? Es bastante simple, aunque no por ello deja de tener su miga. El planeta hereda el nombre de su estrella y le asignamos una letra minúscula, comenzando por la b, en estricto orden de descubrimiento. Así, el exoplaneta Gliese 667 Cc hace referencia al segundo planeta que hemos encontrado en la estrella Gliese 667 C (que a su vez forma parte de un sistema triple en el que sus otras dos compañeras son Gliese 667 A y Gliese 667 B).

Proxima Centauri b (aunque lo abreviamos como Próxima b), del mismo modo, hace referencia al primer planeta que hemos encontrado alrededor de la estrella Próxima Centauri. Así, HD 164595 b es el nombre del primer exoplaneta que hemos detectado alrededor de la estrella HD 164595. Recuerda, si la letra es mayúscula (Alfa Centauri A), hablamos de una estrella, y ahí sí se comienza por la a. Si es minúscula, (Alfa Centauri b), entonces hablamos de un planeta, y si aparecen ambas (Gliese 667 Cc) hablamos de un planeta que da vueltas alrededor de esa estrella en particular, que forma parte de un sistema de múltiples astros.

Asteroides y planetas enanos del Sistema Solar

Por último, nos enfrentamos a los nombres para planetas enanos y asteroides que encontramos en el Sistema Solar. En este caso, su nomenclatura está regida por la Unión Astronómica Internacional, y se sigue el sistema de designación provisional que puedes encontrar en la imagen debajo de este párrafo. Cuando la existencia del objeto es confirmada, se le asigna una nomenclatura diferente, o incluso un nombre.

Tabla de designación provisional de la Unión Astronómica Internacional. Crédito: Wikimedia Commons

Tabla de designación provisional de la Unión Astronómica Internacional.
Crédito: Wikimedia Commons

Usemos el caso del planeta enano Sedna, que tuvo la designación provisional 2003 VB12, que se interpreta de la siguiente manera. Fue descubierto en 2003, en la primera quincena de noviembre (letra V). La segunda letra, B, indica el número del descubrimiento. Como habrás visto, hay 25 letras (no se usa la I), y cuando se agota el alfabeto, se vuelve a comenzar. De tal modo que 2003 VB1, fue el 27º objeto descubierto en ese período. En este caso, como el subíndice es 12, hacemos el cálculo de la tercera tabla (25+12) y le sumamos el 2 que le corresponde a la letra B. Es decir, Sedna fue el objeto número 302 descubierto en la primera quincena de noviembre del año 2003.

Recreación artística de Sedna, uno de los objetos celestes más distantes que conocemos en el Sistema Solar. Crédito: NASA/JPL-Caltech/R. Hurt (SSC-Caltech)

Recreación artística de Sedna, uno de los objetos celestes más distantes que conocemos en el Sistema Solar.
Crédito: NASA/JPL-Caltech/R. Hurt (SSC-Caltech)

Es posible que también te encuentres los números en subíndice escritos de manera normal (2003 VB12) pero el significado y la interpretación son la misma. Cuando se confirma la existencia del objeto (es decir, ha habido suficientes observaciones para calcular su órbita) se le asigna un número secuencial y se le da la oportunidad a su descubridor de proponer un nombre. En el caso de Sedna, su nombre completo es tanto 2003 VB12 (su designación provisional) como 90377 Sedna, aunque generalmente, en los medios y publicaciones, solemos ignorar la parte secuencial.

Hay muchos otros pequeños detalles sobre las nomenclaturas (por ejemplo, los asteroides troyanos que comparten la órbita de Júpiter reciben nombres de personajes griegos o troyanos , en función de si se encuentran en el punto de Lagrange L4 o L5), pero a grandes rasgos, esto es todo lo que necesitas saber para poder saber de dónde salen esos nombres que pueden parecer completamente arbitrarios.

Referencias: Wikipedia