Jeff Bezos, dueño de Amazon y de Blue Origin, entre otras, ha anunciado un ambicioso plan. Su compañía llevará seres humanos a la Luna en 2024. No solo eso, su idea es que no se trate de un único viaje, sino de una estancia a largo plazo fuera de la Tierra…

Llevar seres humanos a la Luna no es nada sencillo

Jeff Bezos ha anunciado que Blue Origin, su empresa espacial, podrá llevar seres humanos a la Luna en 2024. Aunque ha centrado su atención en los norteamericanos, parece que está pensando en una escala mucho más grande. Y no solo para ir a la nuestro satélite, también en cuanto al tiempo que se pasará allí. Porque parece que su intención es que sea una estancia a largo plazo, por no decir permanente. Sin embargo, es un anuncio que hay que tomar con cierta precaución, porque Blue Origin todavía está en pleno desarrollo.

Blue Origin llevará seres humanos a la Luna en 2024
New Shepard, el cohete suborbital (y reutilizable) de Blue Origin. Crédito: Blue Origin

Para aterrizar en la superficie de nuestro satélite, se utilizará el aterrizador Blue Moon. Una nave no tripulada capaz de transportar 6,5 toneladas hasta los 384 400 kilómetros (de media) que nos separan de nuestro satélite. Sus sensores de aterrizaje, y la tecnología de aprendizaje de máquinas, permitirán, al menos en teoría, poder aterrizar en cualquier lugar. Algo que, como explica la propia Blue Origin, permitiría lleva cargas de todo tamaño hasta la superficie de la Lnua. También será capaz de realizar aterrizajes suaves.

Según la propia compañía, esta capacidad de realizar aterrizajes suaves y precisos permitirá que se establezca una presencia permanente en la Luna. Hasta aquí, todo podría sonar más o menos prometedor. Pero hay que recordar que hay muchos desafíos a los que enfrentarse para habitar permanentemente un lugar tan diferente como es nuestro satélite. No basta con llegar, hay que tener planes también sobre como construir una base lunar. Y, en este caso, también sobre cómo mantener una población permanente allí.

Motivos para llevar seres humanos a la Luna no faltan…

Por otro lado, el razonamiento que expone Jeff Bezos no es descabellado. Tampoco es la primera vez que lo escuchamos. Para bien o para mal, nuestra sociedad llegará, tarde o temprano, a un momento en el que habrá que limitar los recursos. La Tierra no tiene recursos ilimitados. Esa escasez dificultará la vida de los seres humanos de las próximas generaciones. Sería, objetivamente, un lugar peor en el que vivir que el que hemos visto nosotros. Así que es un buen argumento para defender que debemos pensar en expandirnos.

Recreación artística del interior de un cilindro de O’Neill, en el que se puede apreciar la curvatura de la superficie. Crédito: Donald Davis – NASA Ames Research Center

Tampoco es el único. Al igual que Elon Musk, Bezos es completamente consciente de que nuestro planeta es más frágil de lo que podría parecer. Tarde o temprano, se producirá la colisión de algún asteroide que pueda poner en peligro de extinción a nuestra especie. Si queremos evitar ese destino (que por ahora no está en nuestro futuro próximo), la única posibilidad es convertirnos en una especie interplanetaria. Mientras estemos confinados solo a la Tierra, nuestro destino estará ligado al de nuestro planeta.

En realidad, Jeff Bezos va incluso más allá. Cree que no estamos demasiado lejos de poder pensar en construir cilindros de O’Neill. Colonias espaciales autónomas, capaces de albergar poblaciones humanas en entornos que imiten a los de la Tierra. Con su fauna y flora incluidos. Pero, de nuevo, es una cuestión que deja muchas incógnitas en el aire. Ni siquiera se ha comenzado a pensar, en serio, en construir una colonia orbital de estas características. Mucho menos en pensar cómo crear un ecosistema así lejos de nuestra pequeña canica azul…

Un futuro muy intrigante

Pero la idea de llevar seres humanos a la Luna no deja de ser positiva e interesante. El aterrizador Blue Moon lleva varios años en desarrollo. Volará junto a un cohete New Glenn, reutilizable, que se espera que se lance por primera vez en 2021. El motor BE-7 se encargará de las maniobras más complejas para permitir un aterrizaje en la Luna. Se espera que se pueda poner en funcionamiento por primera vez, y comenzar las pruebas, en verano de 2019. Además, parece que la idea de enviar seres humanos a la Luna no es desagradable…

Concepto artístico del aterrizador Blue Moon. Crédito: Blue Origin

Porque según el propio Jeff Bezos, ya cuenta con seis clientes, entre los que se incluyen diferentes instituciones académicas. Pero, como él mismo menciona, hará falta una infraestructura espacial mucho más grande de la existente si queremos dar el salto al espacio. De momento no podemos ni comenzar a pensar en construir, por ejemplo, una colonia orbital. La cantidad de lanzamientos, y la frecuencia, está muy lejos de lo que la industria aeroespacial puede ofrecer en estos momentos. Todavía queda mucho por madurar.

No será un objetivo que se cumpla en unos pocos años. O, por lo menos, no hay nada a día de hoy que indique que será así. De momento, un buen comienzo será ver cómo, en los próximos años, los lanzamientos espaciales se vuelven cada vez más frecuentes. En cualquier caso, parece que nuestro satélite va a tener más de una visita próximamente. Porque no hay que olvidar que, no hace mucho, SpaceX también anunció la identidad de su primer turista lunar. Lo más importante, en cualquier caso, es que el salto al espacio parece cada vez más cercano…

Referencias: IFLScience