El agujero negro más voraz del universo consume una masa equivalente al Sol en dos días. Aunque podría parecer motivo para preocuparse, hay un pequeño detalle que no podemos pasar por alto. Ha sido observado en los inicios del universo, a miles de millones de años-luz de distancia…

El agujero negro más voraz

Detectan el agujero negro más voraz del universo

Un agujero negro supermasivo brillante.
Crédito: NASA/ESA

Un equipo de investigadores ha utilizado los datos de la sonda Gaia, publicados recientemente, para llegar a esta conclusión. Un objeto muy brillante, que habían detectado, es un agujero negro. Uno que tendría, aproximadamente, una masa equivalente a 20.000 millones de soles, cuando emitió esa luz. Según los cálculos de los investigadores, crecía, aproximadamente, a un ritmo de un 1% cada millón de años.

Para ponerlo en contexto, el agujero negro más voraz del universo crece tan rápido que tiene un brillo inmenso. Es miles de veces más brillante que toda una galaxia. Lo provoca la cantidad de gases que absorbe constantemente, que provocan fricción y calor. Si estuviese en el centro de la Vía Láctea, sería 10 veces más brillante que la luna llena. Lo veríamos como una estrella tremendamente brillante.

Tanto, que haría que no pudiésemos ver el resto de estrellas del cielo. Es una bestia cósmica. Pero, por suerte, no tenemos de qué preocuparnos. No está, ni siquiera, remotamente cerca de nuestra galaxia. Porque, si fuese así, la observación del universo hubiera sido mucho más complicada. No sería la única consecuencia, incluso la vida en nuestro planeta podría verse afectada de una manera irreversible.

Un agujero negro lejano

Concepto artístico del telescopio Gaia sobre una fotografía de la Vía Láctea vista desde el Observatorio Europeo Austral.
Crédito: ESA/ATG medialabab; ESO/S. Brunier

Por suerte, está a más de 12.000 millones de años-luz de la Vía Láctea. Así que lo que estamos viendo es el agujero negro más voraz… en los inicios del universo. Y en este caso, la verdad es que está muy bien donde está. Porque la energía que emite es, principalmente, luz ultravioleta y rayos X. La parte más energética del espectro electromagnético. No querríamos tenerlo cerca de nuestra galaxia.

De hecho, si lo pusiésemos en el centro de la Vía Láctea, la cantidad de rayos X que emite haría que la vida en la Tierra fuese imposible. A pesar de toda esa potencia, este agujero negro es invisible a nuestros ojos. La enorme distancia que nos separa, y la expansión del espacio, ha hecho que su luz se haya estirado. En estos miles de millones de años de viaje, ha pasado del ultravioleta y los rayos X al infrarrojo cercano.

Es decir, a ondas más largas de lo que puede ver el ojo humano. La luz de este agujero negro fue detectada desde el observatorio Siding Spring, en Australia. Tras la detección, recurrieron a Gaia para poder recopilar otros datos. Y, por último, utilizaron un tercer telescopio para analizar la luz que emite y comprobar su composición. Es un agujero negro supermasivo detectado en los inicios del universo.

El agujero negro más voraz… es un enigma

Ilustración de un joven agujero negro.
Crédito: NASA/JPL-Caltech

Así que volvemos a una de las preguntas de la astronomía. ¿Cómo crecieron esos agujeros negros tanto y tan rápido en los inicios del universo? Todavía no hay una respuesta satisfactoria. Pero los investigadores tienen claro que el objetivo es buscar otros agujeros negros que crezcan aún más rápido. Porque, descubrir este tipo de objetos, en el universo más distante, es una puerta a comprender cómo fue el universo en sus inicios.

Según cuentan ellos mismos, es posible detectar las sombras de otros objetos que se encuentran delante de uno de estos agujeros negros. Además, su radiación también ayuda a limpiar el gas que obstruye la visión. Todo esto se verá potenciado por la llegada de nuevos telescopios terrestres. Algunos ya están en construcción o llegarán muy pronto. Como el Telescopio Extremadamente Grande.

La detección de otros agujeros negros como estos también ayudarán a medir la expansión del universo. En cualquier caso, no hay de qué preocuparse. Los agujeros negros no son aspiradoras, no tienen un alcance ilimitado (pese a la creencia popular). Además, descubrimientos como estos pueden servir para explicar cómo pueden formarse los agujeros negros supermasivos. A fin de cuentas, no parece haber un paso intermedio entre los agujeros negros de masa estelar (formados por la muerte de estrellas muy masivas) y estas bestias cósmicas…

El estudio es C. Wolf, F. Bian, C. Onken et al; «Discovery of the most ultra-luminous QSO using Gaia, SkyMapper and WISE)». Será publicado en la revista Publications of the Astronomical Society of Australia. Puede ser consultado en arXiv.

Referencias: Space