En las afueras del Sistema Solar, en una región que conocemos como el Cinturón de Kuiper, hay multitud de pequeños objetos, y entre ellos varios planetas enanos. Makemake fue el cuarto descubierto y uno de los culpables de que Plutón perdiese su clasificación de planeta hace ya una década…

Descubrimiento y nombre

Concepto artístico de Makemake. Crédito: NASA

Concepto artístico de Makemake.
Crédito: NASA

Makemake (que por cierto, se pronuncia literalmente así, tal y como se escribe, por mucho que pueda parecer una repetición de la palabra inglesa make) fue observado por un grupo de astrónomos en el Observatorio Palomar (ubicado en San Diego, California) en marzo de 2005. Aunque inicialmente fue conocido como 2005 FY9, no tardó mucho tiempo en recibir el mote de conejo de pascua por parte del equipo. Fue el mismo equipo, por otra parte, que descubrió el planeta enano Eris y que también participó en el descubrimiento del planeta enano Haumea.

Su nombre, Makemake, corresponde al dios de la fertilidad de la mitología de los Rapa Nui, los habitantes de la Isla de Pascua, ubicada en el sureste del Océano Pacífico. Makemake era el dios jefe, el creador de la Humanidad y el dios de la fertilidad.

Órbita y características

Órbitas de Makemake (azul), Haumea (verde) y Plutón (rojo). La línea blanca representa el plano de la eclíptica, y la parte más oscura de las órbitas está por debajo de la eclíptica del Sistema Solar. Crédito: Wikimedia Commons/Eurocommuter

Órbitas de Makemake (azul), Haumea (verde) y Plutón (rojo). La línea blanca representa el plano de la eclíptica, y la parte más oscura de las órbitas está por debajo de la eclíptica del Sistema Solar.
Crédito: Wikimedia Commons/Eurocommuter

En estos momentos, Makemake es el segundo objeto más brillante conocido en las afueras del Sistema Solar, siendo sólo ligeramente más oscuro que Plutón y puede ser observado con un buen telescopio amateur. Tiene un diámetro de 1.400 kilómetros (es decir, dos terceras partes de Plutón) y su órbita se encuentra algo más lejos, pero es más cercana que la de Eris, necesitando unos 310 años para completar una vuelta alrededor del Sol. Gira sobre sí mismo cada 22,5 horas (es decir, tiene un día ligeramente más corto que el de la Tierra) y en su perihelio se acerca a 38 veces la distancia entre la Tierra y nuestra estrella, mientras que en su afelio se va hasta las 53 unidades astronómicas.

Destaca por su color marrón rojizo, lo que llevó a los científicos a concluir que debía contener una capa de metano en su superficie, probablemente en pequeñas acumulaciones de un centímetro de grosor. En su superficie también se han detectado señales de etano y nitrógeno congelados.

Recientemente, los astrónomos han aprovechado el paso del planeta por delante de una estrella (un fenómeno al que conocemos como ocultación) para determinar que no tiene atmósfera, o por lo menos no es significativa. Es algo sorprendente porque Makemake tiene muchas similitudes con Plutón y éste tiene una fina atmósfera. Los astrónomos también utilizaron ese mismo pasaje para determinar la cantidad de luz que refleja el planeta, y que es similar a la capacidad reflectiva de la nieve sucia. Es algo más tenue que Plutón, pero más brillante que Eris.

MK2, el pequeño satélite del planeta enano

Esta imagen del telescopio Hubble muestra el primer satélite descubierto alrededor de Makemake. Crédito: NASA, ESA, y A. Parker y M. Buie (SwRI)

Esta imagen del telescopio Hubble muestra el primer satélite descubierto alrededor de Makemake.
Crédito: NASA, ESA, y A. Parker y M. Buie (SwRI)

Hace sólo unos días hablaba del hallazgo de MK2, un pequeño satélite con apenas 160 kilómetros de diámetro, que orbita a unos 20.900 kilómetros de distancia de la superficie de Makemake. Por las imágenes del telescopio Hubble, MK2 parece ser tan oscuro como el carbón, algo que resulta muy llamativo por lo brillante que es la superficie de su anfitrión, y que podría ser explicado porque la gravedad del satélite sea demasiado débil para retener cualquier hielo, que se sublima de la superficie de MK2 al espacio.

Su hallazgo es especialmente útil porque va a permitir estudiar Makemake con mucho más detalle, y también nos sirve para poder entender mejor la naturaleza de los planetas enanos y determinar si la presencia de satélites a su alrededor es algo poco común (o no). En futuras observaciones, los astrónomos también esperan determinar el tipo de órbita de MK2. Si es circular, el origen del satélite probablemente sea un impacto que sucedió hace mucho tiempo (exactamente del mismo modo que se crearon los satélites de Plutón). Una órbita elíptica, sin mebargo, indicaría que MK2 era un objeto que se movía libremente en el Cinturón de Kuiper y que terminó siendo capturado por Makemake.

Recreación artística de Eris. Su superficie es muy brillante (refleja un 96% de la luz que recibe). Crédito: ESO/L. Calçada y Nick Risinger (skysurvey.org)

Recreación artística de Eris.
Crédito: ESO/L. Calçada y Nick Risinger (skysurvey.org)