Normalmente ponemos la atención en encontrar vida alienígena e imaginar cómo podrían ser civilizaciones extraterrestres. Es lógico. A fin de cuentas, desde tiempos inmemoriales, nos hemos preguntado si estamos solos en el universo, y es una de las grandes incógnitas de la astronomía actual. Pero, ¿y si le damos la vuelta a la tortilla? ¿Y si en vez de preguntarnos qué tenemos que hacer para detectar vida extraterrestre nos preguntamos si una posible civilización alienígena podría detectarnos?

El mito del discurso de Hitler

Imagen del Estadio Olímpico de Berlín en 1936. Crédito:  Josef Jindřich Šechtl

Imagen del Estadio Olímpico de Berlín en 1936.
Crédito: Josef Jindřich Šechtl

Quizá hayas oído alguna vez que lo primero que registraría una civilización alienígena, que escuchase en dirección a la Tierra, sería el discurso que dio Hitler durante la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Berlín, en 1936. Sin embargo, es poco probable que eso ocurra. Sí es cierto que parte del discurso de los JJOO debió salir al espacio (pero sólo parte, ya que se emitió en una frecuencia de 40 Mhz, y hacen falta 50 Mhz para lograr superar la ionosfera), pero la señal no tenía la suficiente energía como para que pudiese ser discernible de la radiación cósmica de fondo más allá de unos pocos años-luz de distancia.

Como mucho, todo parece indicar que una civilización muy avanzada podría llegar a elucubrar (o quizá incluso concluir sin ningún genero de dudas) que la señal es de origen tecnológico, pero nada más. Es algo similar a lo que nos pasa a nosotros con la señal Wow!. Nos hace pensar que su origen es extraterrestre, pero no tenemos ninguna manera de corroborarlo (una teoría dice que quizá se tratase de una señal de socorro emitida por algún dispositivo, o algo similar).

Cada vez enviamos menos señales al espacio

El cúmulo globular Messier 54. Crédito: ESO

El cúmulo globular Messier 54.
Crédito: ESO

A finales del siglo XX teníamos la costumbre, como civilización, no sólo en España, de radiar absolutamente todo. Así que es posible que algunas señales de televisión hayan sido detectadas (con un esfuerzo enorme) durante algún tiempo, aunque, de nuevo, las señales se hubieran perdido con la radiación de fondo en sólo unos años-luz de distancia. Por darle un enfoque diferente… intentar detectar una de estas señales sería equivalente a intentar escuchar, desde Moscú, (por poner un ejemplo) el sonido de una piedra al caer en Río de Janeiro.

La tendencia además sigue siendo la de reducir cada vez más nuestras emisiones hacia el espacio, por medio del uso de fibra óptica y cableado. Es más eficiente a la hora de transmitir información a través de largas distancias. A su vez, esto plantea ciertas preguntas sobre cómo podrían ser otras civilizaciones. Imaginemos que siguen una evolución similar a la nuestra. Es decir, tras comenzar a emitir señales a través de la atmósfera de su planeta, perfeccionan sus técnicas y pasan a hacerlo a través de cables que recorren su mundo. Eso nos deja con un lapso de tiempo muy breve (en la escala cósmica) en el que estarían emitiendo al espacio.

En nuestro caso, la única manera de que nos puedan detectar (por medio de una señal de radio) es enviándola a propósito. Algo que hemos hecho en el pasado. Y aun así, estamos expuestos a que una hipotética civilización extraterrestre, que no sabe nada de nosotros, ni nos está esperando,

Pueden intuir nuestra presencia

En esta imagen puedes ver la luz cenicienta en la Luna. A pesar de que no recibe la luz del Sol de manera directa, podemos verla gracias a la luz reflejada por nuestro propio planeta. Crédito: ESO/B. Tafreshi

En esta imagen puedes ver la luz cenicienta en la Luna. A pesar de que no recibe la luz del Sol de manera directa, podemos verla gracias a la luz reflejada por nuestro propio planeta.
Crédito: ESO/B. Tafreshi

Pero olvidémonos de las señales de radio. ¿Cómo podría detectarnos una civilización inteligente desde su sistema solar? Detectarnos, a nosotros, tal cual, es prácticamente imposible (a menos que estemos hablando de un nivel de tecnología que, directamente, no podamos alcanzar a imaginar), pero no es tan difícil intuir que puede haber vida compleja en nuestro planeta (inteligente o no ya es otro tema). ¿Cómo? Por medio de la luz.

No me refiero a la luz que emiten nuestras ciudades de noche, ni mucho menos (aunque no es nada despreciable), si no a la que emite el Sol. La luz que ilumina nuestro planeta sale reflejada al espacio. ¿Alguna vez has observado que la parte oscura de la Luna es visible desde la Tierra al final y al principio del ciclo lunar? No es que estés perdiendo la cabeza, ni estás imaginando cosas, ni es ningún efecto óptico, es algo que llamamos luz cenicienta, y se produce por el brillo de la luz que refleja el planeta.

Gracias a la espectroscopia, es posible estudiar cómo es el clima de un planeta viendo cómo se esparce la luz de la estrella al interactuar con su atmósfera. En el caso de nuestro hogar, una civilización que la estudiase durante el tiempo suficiente podría ver que tiene una cantidad de oxígeno altamente anormal (por lo menos altamente anormal en todos los planetas que hemos observado hasta ahora).

Con un poco de paciencia, hasta podrían deducir que hay un ciclo hidrológico. Tarde o temprano, terminarían concluyendo que puede haberse desarrollado la vida en él. Eso sí, no tendrían manera de saber si es vida inteligente, a menos que intentasen contactar con nosotros de algún modo, lo que nos lleva al siguiente punto…

¿Cómo sabemos que no han intentado contactar con nosotros?

Los discos de oro de las Sondas Voyager

Los discos de oro de las Sondas Voyager

Sencillamente, no lo sabemos con absoluta certeza. Estamos bastante seguros de que no ha sido así, eso sí. Lo que sabemos es que no lo han hecho de ninguna manera que hayamos logrado llegar a comprender (suponiendo que la señal Wow! fuese enviada por un extraterrestre, no tenemos la más mínima idea de qué intentaba comunicar). En realidad, hay una analogía muy sencilla para entender la complejidad de descifrar un posible mensaje alienígena. Somos incapaces de comunicarnos con prácticamente cualquiera de las especies que pueblan nuestro planeta.

El campo más apropiado sería el de las matemáticas (que entendemos que son universales) y usando referencias que, del mismo modo, consideramos que deben ser universales y conocidas por cualquier civilización alienígena que se haya desarrollado hasta un punto similar al nuestro. Pero incluso así, no tenemos garantía de que nuestro mensaje pueda ser descifrable.

En definitiva, es increíblemente complicado que una civilización alienígena pueda escucharnos así como así. No es tan complicado que puedan observar nuestro planeta e inferir que puede haber vida, y es muy poco probable que veamos naves alienígenas aterrizando en nuestro planeta. Al menos mientras seamos incapaces de encontrar, siquiera, un planeta en el que haya vida. En ningún caso, sin embargo, esto es motivo para deducir que, en consecuencia, no debe haber vida en el universo. Es un lugar muy grande, enorme, y es muy probable que, simplemente, estemos demasiado lejos entre nosotros

Referencias: What If